La práctica de deporte al aire libre tiende a incrementarse en cuanto empieza a hacer buen tiempo, y aunque moverse es bueno para la salud, es recomendable hacerlo con moderación para evitar accidentes.
No importa que seas un deportista aficionado o un profesional, siempre se han de tomar las precauciones necesarias. Es muy frecuente que sin apenas darnos cuenta nos lesionemos siendo comunes los esguinces en el caso del running, el tenis o los deportes de pelota. Las fracturas suelen ser más habituales en deportes de contacto o la equitación.
Es posible que cuando iniciemos una actividad suframos algún calambre. Esto sucede porque cuando hacemos ejercicio los músculos transforman los azúcares en ácido láctico y una acumulación del mismo provoca rigidez muscular y fatiga. Como final del proceso, la alteración en la liberación del calcio es lo que al final provoca el calambre.
La mejor forma de prevenir los calambres es realizar un calentamiento previo y posterior a la práctica del ejercicio, y mantenernos bien hidratados, antes, durante y después del mismo.
Precisamente el exceso de ácido láctico en los músculos es lo que genera la aparición de agujetas, que suelen surgir cuando la práctica deportiva es irregular y prolongada. Para aliviar el dolor de las agujetas podemos tomar un baño de agua caliente, aplicar un masaje que alivie el dolor de los músculos con una pomada de árnica y beber unos dos litros de agua para eliminar las toxinas nocivas.
La homeopatía ofrece distintas opciones para calmar los calambres o dolores musculares, y también las agujetas derivadas de un sobreesfuerzo físico. También se emplea para las contracturas, que pueden aparecer después de un ejercicio intenso si hemos sobrecargado el músculo. No obstante, si se tienen sospechas de que se ha producido un traumatismo muscular más grave, lo mejor es consultar con un profesional de salud especializado en medicina del deporte.