Es aquella dieta que se utilizará en aquellas situaciones que se presente un cuadro de diarrea aguda. La dieta se mantendrá hasta que se corte este proceso, introduciendo paulatinamente los alimentos de la dieta normal.
No hay que confundirla con la dieta blanda (ver más adelante), que se caracteriza por ser de fácil digestión.
Debe excluirse aquellos alimentos ricos en fibra, picantes, y aquellos que produzcan flatulencia. Al ser la diarrea un proceso autolimitado en el tiempo (la duración habitual es que sea de 72 horas) se indican una serie de platos que se podrán tomar según la elección personal.
Los desayunos y meriendas serán a base de un té con biscotes y membrillo o yogurt natural y galletas tipo María.
Comidas y cenas:
Sopa de arroz.
Sopa de estrellas.
Crema de zanahorias.
Crema de legumbres.
Puré de patatas.
Pechuga de pollo a la plancha.
Pechuga de pavo a la plancha.
Pescado blanco (lenguado, merluza o rape) a la plancha o hervido.
Tortilla francesa.
Huevo escalfado.
Postres:
Membrillo.
Manzana rallada aderezada con zumo de limón.
Compota de manzana.
Manzana asada.
Plátano.
Yogurt.
Alimentos no recomendables:
Bebidas carbónicas.
Bebidas alcohólicas.
Leche.
Alimentos fritos.
Alimentos grasos.
Carne poco hecha.
Frutas (excepto manzana y plátano).
Verduras.
Golosinas, dulces y chucherías en general.
En este tipo de enfermedades que cursan con diarrea, es imprescindible mantener la hidratación con lo que será recomendable la ingesta de al menos 2 litros de agua al día. Una forma práctica de calcular y de saber si se ingiere dicha cantidad de líquido, será rellenando de agua una botella de 2 litros de cualquier refresco y beber agua sólo de esa botella.
Es recomendable la preparación casera e ingesta de limonada alcalina:
Un litro de agua hervida previamente.
Zumo de 2 - 3 limones.
Una puntilla de cuchillo de sal de mesa.
Una puntilla de cuchillo de bicarbonato.
Sacarina al gusto.
